Los cambios en las temperaturas y patrones climáticos a nivel mundial, como por ejemplo épocas de lluvia y sequía con mayor duración e intensidad, y eventos climáticos extremos, afectan de manera más fuerte a las comunidades que dependen de los recursos naturales para su sustento.
Como parte integral de los procesos de gestión ambiental y conservación de la biodiversidad, el PPD apoya a las comunidades locales para realizar adaptaciones en sus prácticas productivas y aumentar sus capacidades para responder mejor a los efectos del cambio climático y reducir su vulnerabilidad.
Mapeo del territorio para identificar límites físicos y los sitios de importancia ambiental y cultural
Restauración ecológica y reforestación que ayudan a la captura de gases efecto
invernadero.
Procesos de protección y recuperación de
fuentes hídricas, que aportan a la salud del
ecosistema y la resiliencia climática
Aprovechamiento de residuos orgánicos y mejoramiento de suelos a través de producción de abonos
Construcción de infraestructura para adaptación climática, como invernaderos, tanques de almacenamiento, cosechas de agua y pozos para mejorar acceso y disponibilidad del recurso.