Encuentros por el empoderamiento de la mujer rural boyacense

Hace dos semanas concluyeron los Encuentros de Empoderamiento de la Mujer Rural, dejando un aprendizaje significativo y grandes expectativas tras un proceso formativo ofrecido a cuarenta mujeres rurales de Boyacá.

Los encuentros, coordinados por la alianza Guardianas de los Páramos, tuvieron como propósito fortalecer las habilidades y competencias de la mujer rural para la participación e incidencia en el destino de su comunidad y territorio, así como resaltar la importancia fundamental de la economía de los cuidados y asociar las ideas del trabajo doméstico con el trabajo productivo, el reproductivo y el de cuidados, haciendo énfasis en su gran valor para cualquier sociedad.

Así fueron los encuentros

Este proceso, que tuvo en cuenta las dificultades de enfrentar las tradiciones y los prejuicios de la región, fue dividido en tres módulos llamados Liderazgo Personal Femenino, Empoderamiento Económico y Gestión de Territorio.

En total fueron seis talleres, que se llevaron a cabo con encuentros mensuales de cuatro horas, recibidos por tres grupos de mujeres. Por cuestiones de tiempo, ninguna participante asistió a todos los talleres, pero las asistentes adquirieron el compromiso de replicar el aprendizaje con sus respectivas comunidades.

Para el primer módulo, se diseñó un acompañamiento a las mujeres rurales, que buscó liberar su potencial y permitirles ejercer un liderazgo femenino, basado en el amor propio y la colaboración. El segundo módulo, de acuerdo con Maria Victoria Trujillo Moncada, facilitadora de empoderamiento económico, tuvo entre sus varios objetivos resaltar “los potenciales para activar la economía, las herramientas para la participación efectiva en la toma de decisiones de carácter económico y brindar reconocimiento de aspectos clave de la economía del cuidado”.

El tercer módulo trató de fortalecer el liderazgo político y ciudadano de las mujeres rurales, desarrollando capacidades para la participación efectiva en el territorio para que las mujeres y sus organizaciones ejerzan derechos e incluyan sus necesidades en las medidas de desarrollo local y regional.

Lo que pensaron las participantes

La vida en familia y comunidad de las participantes tendrá un tono diferente a medida que las participantes aplican en su cotidianidad todo lo aprendido. Las relaciones en esta región de Boyacá, marcadas por la explotación minera a cargo del hombre y el machismo, han agotado a un grupo de mujeres cada vez más conocedoras de su entorno. Así, están dispuestas a dejar atrás las injusticias del pasado y buscar el cambio, tanto en casa como en las administraciones locales.

Para Maria Eugenia Castro Díaz, de la vereda Cómeza Hollada de Socotá, se trata de  “luchar porque en nuestros hogares haya equidad, que las labores sean repartidas entre los que vivimos en el hogar, y que no haya ninguna clase de violencia en nuestros hogares”.

A Aura Nelly González Rodríguez, de la Vereda Villa Girón de Gámeza, estos encuentros le sirvieron para “conocer mis capacidades, descubrir aptitudes que no sabía que tenía y hablar de derechos, porque de deberes sabemos pero de derechos poco, el territorio también somos nosotras”.

En el caso de Johana, en la vereda Daita, también en Gámeza, “aprendí a expresarme, a tener voz y voto y a ser una persona líder, en mi territorio debemos ser las voces de la mujer campesina, porque somos fuertes”.

Marcela Alfonso, de la vereda Canela de Tasco, disfrutó la compañía de otras mujeres durante el proceso formativo, y resaltó que “nos dimos cuenta que las mujeres sí podemos ser líderes en nuestro territorio, tenemos que conocerlo bien y saber de las necesidades que tiene el municipio, formarnos y formar a las otras mujeres que quieran participar”.

La alianza Guardianas de los Páramos se enfoca en impulsar la participación y el liderazgo de las mujeres rurales, para que ellas incidan y aporten a la conservación, a través del uso sostenible de los ecosistemas de páramo y alta montaña; se formen con competencias emprendedoras que les permita generar modos de vida sostenibles e ingresos dignos para ellas y sus familias, fortalezcan habilidades de liderazgo comunitario y se genere sensibilización y comunicación para la no violencia contra las mujeres.

Para su desarrollo se han articulado el Programa Pequeñas Donaciones del GEF-PNUD, la Corporación Mundial de la Mujer y SWISSAID.