Encuentro entre Cuidadoras de la Naturaleza camino al empoderamiento

Marzo 9, 2022

Mujeres Cuidadoras de la Naturaleza sostuvieron este 8 y 9 de marzo un encuentro, en Bogotá. Lideresas, sabedoras y mujeres trabajadoras que integran pueblos indígenas, tribales, afrocolombianos, palenqueros, raizales, campesinos y pescadores intercambiaron sus experiencias, conocimientos y anhelos, en este segundo encuentro interétnico de mujeres cuidadoras de la naturaleza y la vida.

Este encuentro surge de la necesidad de reconocer el papel fundamental que tienen las mujeres en la conservación de la riqueza ambiental y cultural del país, y la importancia de trabajar y reconocerse desde lo personal, para impulsar procesos comunitarios. Fue posible hacerlo realidad gracias a una alianza entre la Subdirección de Educación, y Participación del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y el Programa de Pequeñas Donaciones del GEF-PNUD, con el apoyo de Fondo Acción.

 

“Es interesante mirar cómo anteriormente los mestizos, los afros, los indígenas cada quién tiraba por su lado ¡Y mire hoy! Todas estamos hablando el mismo idioma, nos estamos dando la mano las unas con las otras, sin mirar la etnia, la raza, o la religión”.

Alba Yudith Ortiz de la Asociación de Mujeres Campesinas y artesanas del Cerrito (Asomuarce).

 

Reconocer un sendero en doble vía

Los objetivos de este encuentro fueron promover el intercambio de experiencias y miradas de las participantes en la gestión, usos y conservación del territorio; ofrecer un espacio de reflexión y fortalecimiento de capacidades de liderazgo desde lo femenino y generar recomendaciones para fortalecer el liderazgo de las mujeres en la gestión ambiental del territorio.

Durante dos días, las mujeres realizaron actividades de diversa índole para reconocerse, compartir y reflexionar sobre sus experiencias y conocimientos alrededor del cuidado del ambiente. Habilidades, desafíos y soluciones únicas y compartidas salieron a luz en este encuentro interétnico de mujeres cuidadoras de la naturaleza, mujeres que siembran para cosechar nuestro futuro. 

 

 

Según ellas, el conocimiento que tienen del cuidado de la naturaleza que las rodea es especial y único. Por eso este encuentro hizo énfasis en el autoreconocimiento de saberes, aptitudes y vocaciones.

Común a todas fue entenderse a sí mismas como fuentes de vida, y sus implicaciones en distintos escenarios. Se describieron a sí mismas como la luz, el centro de la luz y también como espacio de cultivo de amor. Este es un rol que asumen hacia los individuos, hacia el territorio y hacia la cultura.

Como parte del hogar, definieron un rol bastante claro. No solo de administradoras o coordinadoras, sino como creadoras de soluciones varias. Por esto mismo, entienden la variedad de las responsabilidades y sus diferentes exigencias, por eso también se reconocen como multifuncionales. En sus propias palabras, “una casa sin mujer es cosa seria”, y las familias deben aprender de ellas, porque “uno no siempre va a estar ahí”.

 

 

Las mujeres perciben sus conocimientos y responsabilidades, pero entienden cómo son víctimas de comportamientos negativos. A pesar de la importancia que ocupan en estas comunidades tan diversas, entienden que son invisibilizadas, tanto en espacios de toma de decisiones como en la repartición de roles de género. Esto es una evidencia de que aún persisten envidias y estigmas al interior de las comunidades. Es una de las transformaciones que más tiempo tomará.

Pasar de la auto percepción al reconocimiento de tareas, responsabilidades y derechos respecto del medio ambiente fue el enfoque del Encuentro entre Cuidadoras de la Naturaleza.

Para cuidar la naturaleza, ellas saben que deben proteger la cultura y los saberes ancestrales, mientras profundizan su trabajo colectivo, el manejo de recursos, la ejecución de planes de acción y, por otro lado, una solidaridad femenina cada vez mayor. Ellas saben que generar estructuras para la protección de la cultura, los saberes y la naturaleza exige otros esfuerzos. La formación y la sensibilización constantes será un enfoque, junto con evitar el consumo de materiales de un solo uso.

 

 

Entender que la regulación es un trabajo que empieza desde la comunidad lleva al reconocimiento activo de los derechos, y ellas reclamarán las consultas previas en cada proyecto en el territorio y la exigencia del cumplimiento de la ley.

 

 

Desafíos y soluciones

 

 

Mujeres sin etiquetas, como se denominan, mujeres negras, campesinas, indígenas y pesqueras de diferentes territorios del país que comparten el amor y la lucha por la conservación del agua y los bosques, compartieron los proyectos que están liderando a capa y espada para proteger la fuente de vida para sus comunidades y el resto de la humanidad. 

Son muchos los desafíos que estas mujeres atraviesan para alzar la voz y proteger la naturaleza que las abraza y las une. No solo se enfrentan ante la indiferencia, falta de conciencia ambiental del ser humano, sino con la violencia de diferentes actores que vulneran y han vulnerado históricamente los derechos de la mujer. 

 

 

El marido que abandona el hogar porque no se siente atendido, la comunidad y familia que no la escuchan, la presencia de grupos al margen de la ley que amenazan su vida y hasta las mismas mujeres que en vez de apoyarnos, inconscientemente practicamos el machismo.

Sin embargo, hoy en día, las mujeres no solo se han unido para ser valientes y hacer lo que como mujeres siempre han sabido hacer, que es dar vida, alimentar, cuidar, mantener, educar y amar. Ahora, con acciones, estas mujeres nos demuestran que sin importar cuán grandes sean los desafíos, es posible empoderarse como mujer para hacer lo que sabemos en pro de la vida del planeta tierra y la humanidad. 

 

Las soluciones comunitarias de estas organizaciones, en su mayoría de mujeres, van acordes a las necesidades de sus comunidades y ecosistemas. En los humedales vemos mujeres liderando procesos para el manejo de residuos sólidos. En el bosque húmedo se llevan a cabo procesos para la diversificación de chagras o huertas. En el páramos vemos la restauración con árboles nativos y la implementación de cercas vivas para evitar que el ganado entre a pastar. En todas vemos el rescate de semillas nativas, la siembra sin químicos, rescate de saberes ancestrales y la no deforestación. 

 

En general, vemos que las mujeres cuidadoras de la naturaleza ven el rescate y el fortalecimiento de la cultura, costumbres y saberes de sus ancestros, como el camino para respetar y proteger la naturaleza y así cambiar el rumbo de la humanidad. Sin embargo, para conseguirlo, hacen mucho énfasis en la importancia de verse como iguales, conectarse consigo mismas, amarse y apoyarse las unas a las otras para seguir fortaleciéndose para el cuidado y protección de la vida con mayor autoridad y en pro de un mayor impacto socio ambiental para el bienestar de sus familias y comunidades. Porque empoderar a la mujer es velar por el equilibrio. Es velar por la supervivencia de todos los seres que habitan nuestro hogar.

Hoy solo somos mujeres sin etiquetas que al unísono buscamos la igualdad y la equidad para la garantía de nuestros derechos y eso lo logramos caminando, dándonos apoyo y firmeza las unas a las otras para crecer, desarrollarnos, levantarnos una y otra vez cuando las situaciones no estén bien y seguir adelante sembrando las semillas de amor por nuestros surcos que recorren nuestra tierra.  Piedad Guzmán – Colectivo de Mujeres Trenzadas