La granja comunitaria ejemplo de sostenibilidad en Zapatosa

Abril 24, 2021

A pesar de la pandemia por el Covid-19, los desafíos medioambientales y la urgencia producto del hambre, la participación de una pequeña granja transformó las capacidades productivas de cinco familias del corregimiento de Sempegua, Chimichagua. Así una comunidad entera pudo comer durante uno de sus momentos más difíciles.

Grupo para la producción apícola

Son muchas las familias que viven de la Ciénaga de Zapatosa, entre los departamentos de Cesar y Magdalena. La tradición de los pueblos de alrededor como Chimichagua o Barbacoas es la pesca, pero diferentes desafíos medioambientales han hecho que la ciénaga no proporcione la seguridad alimentaria de toda la vida.

La contaminación del agua, la tala de bosques, el cambio climático y el empleo de redes que capturan a los peces pequeños han hecho que la situación sea más difícil para los residentes de la región.

Grupo para la producción apícola

Cinco familias del Colectivo Familias de Sempegua decidieron no rendirse. Joel Palomino, líder comunitario y miembro de este grupo, aseguró que el proyecto fue prometedor desde el principio, a pesar de las dificultades.

“Esto nace porque queríamos quitarle presión a la ciénaga. Teníamos que sembrar algo porque el 100% de Sempegua éramos pescadores, y lo que nosotros comprábamos era de exportación”, dijo refiriéndose a bienes básicos como el arroz, los huevos, el tomate, la cebolla o la yuca.

En junio de 2019, la granja comenzó a funcionar en un predio de una hectárea, cedido por la Junta de Acción Comunal. Con el espacio para aprender y cultivar, la granja empezó a dar frutos rápidamente:

“Dijeron que podíamos tener una granja con gallinas ponedoras y gallinas de pastoreo, y ha sido un gran éxito”.

Grupo para la producción apícola

Así, la granja pasó de esperar la lluvia para recoger agua a tener un pozo perforado de 22 metros de profundidad con bomba sumergible y una instalación de energía solar que permite el funcionamiento de esta bomba, así como de neveras para conservar los productos y la solución de otras necesidades inmediatas.

Acá nos han venido a visitar de otras granjas, de Chimichagua, del Guamo, del Trébol, de la Faena del Indio, a copiar lo que hemos hecho, han visto que esto ha sido un gran éxito, la manera en que trabajamos. Hemos demostrado a las comunidades y pueblos que si vale la pena quitarle presión a la ciénaga y retomar nuestras tierras, porque hay cómo sembrar y es sostenible para las familias. Ya tengo tres años que no pesco. Dijo Joel con orgullo

Grupo para la producción apícola

En diciembre de 2020, todos estos esfuerzos se pusieron en servicio de la comunidad. Las familias vinculadas al proyecto se trasladaron a la finca por la pandemia del COVID-19, y siguieron trabajando y recolectando a medida que los alimentos del pueblo se iban acabando:

“teníamos cómo sostenernos, buena papaya, plátano, maíz verde para la mazamorra, ahí, tomate y muchas cosas sembradas, que no se podían vender ni sacar”.

Para Joel, fue una bendición poder ayudar a las personas que llegaron hasta el portón de la finca a pedir ayuda porque no tenían cómo sobrevivir. Desde la finca, también pudieron proporcionarle agua a la comunidad cuando hubo un daño en el suministro del pueblo que duró cerca de dos semanas.

Grupo para la producción apícola

El Colectivo Familias de Sempegua, al cual pertenece Joel, es uno de 36 proyectos que buscan aportar, desde su conocimiento y experiencias, a la construcción de soluciones para recuperar algunas ciénagas y humedales del Magdalena, mejorar su calidad de vida y fortalecer su identidad cultural vinculada al territorio.

La convocatoria “Conservación comunitaria de humedales y ciénagas de Zapatosa y Barbacoas” es una alianza entre el Programa Pequeñas Donaciones del GEF-PNUD (PPD) y el Proyecto GEF Magdalena Cauca Vive, ejecutado por Fundación Natura.