Mujeres Guardianas de los Páramos de Boyacá

Febrero 23, 2021

Guardianas de los Páramos es una alianza entre el Programa Pequeñas Donaciones (PPD), del Fondo Mundial para el Medio Ambiente (FMAM), la Corporación Mundial de la Mujer Colombia (CMMC) y Swissaid Colombia

Su objetivo consiste en apoyar proyectos ambientales de organizaciones comunitarias que aporten claramente a la conservación y a la adaptación al cambio climático en las zonas priorizadas de los complejos del páramo de Pisba y Tota-Bijagual-Mamapacha.

Esta alianza hace un énfasis especial en la participación y el liderazgo de las mujeres para visibilizar sus necesidades y su visión de territorio ya que históricamente, la intervención de las mujeres en los procesos organizativos y productivos y de manejo ambiental han sido afectados por factores como la discriminación y el acceso inequitativo a los recursos.

La convocatoria abrió el 3 de febrero del 2020 y cerró el 3 de marzo del mismo año. Mientras la convocatoria estuvo abierta se hicieron 6 talleres de socialización con las comunidades locales en los municipios de Monguí, Mongua, Socha, Socotá, Tasco y Gámeza. Se recibieron 58 propuestas de las cuales 37 fueron seleccionadas, por un monto de subvención de 2000 millones de pesos. El desarrollo y ejecución del mismo se prevé desde marzo de 2020 hasta marzo de 2022.

Desde su inicio en el 2015 hasta ahora, el PPD en Colombia, implementado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, ha donado a 332 proyectos de organizaciones de base comunitaria más de ocho millones de dólares, a través de convocatorias que priorizan paisajes y líneas estratégicas de conservación, para contribuir al cuidado del medio ambiente y al mejoramiento de los modos de vida de las comunidades rurales.

Según Catalina Avella, coordinadora de la alianza en campo

“En Guardianas de los páramos se prioriza  esta zona al evidenciar un proceso social y ambiental importante por  su ubicación estratégica al ser un complejo rico en ecosistemas naturales y áreas de páramo, bosques de transición y bosque altoandino.  Por esta razón se hace necesario implementar acciones orientadas a controlar o reducir  las presiones sobre el páramo, mitigar las acciones negativas por actividades extractivas propias de  la zona de influencia, estableciendo áreas de conservación y medidas para reducir los riesgos asociados al cambio climático. Así mismo impulsar la participación diferencial de las mujeres teniendo en cuenta su papel en la familia y su vínculo y aporte al territorio desde  la perspectiva de género, sus necesidades y liderazgos”.

En cuanto a las líneas estratégicas de conservación, se prioriza la restauración en al menos  100 fincas en áreas de páramo y bosques de transición a través de la implementación de viveros, la siembra de plantas nativas y la implementación de cercas vivas para fortalecer corredores biológicos y mantener áreas en conservación y algunas de reserva. 

También se prioriza la protección y manejo comunitario del agua a través de la adecuación de 14 sistemas de acueductos y el aislamiento de 65 fuentes de recarga hídrica como nacimientos, quebradas y rondas de humedales. 

Por otro lado, la línea de producción sostenible está presente para darle una vuelta a los sistemas productivos tradicionales que ejercen presión sobre los páramos, a través de la recuperación de semillas nativas, la implementación de huertas agroecológicas caseras y sistemas silvopastoriles.

Por último,  la línea de emprendimientos y negocios verdes asociados a la biodiversidad la encontramos en 8 de las 37 organizaciones participantes con proyectos de lanas orgánicas, harinas sin químicos utilizando molinos hidráulicos artesanales, Orellanas, productos derivados de la sábila,  una granja auto sostenible  y un proyecto de investigación con papas nativas.