Una mirada a las primeras experiencias para el reconocimiento de otras formas de conservación

Marzo 23, 2021

Desde inicios del siglo pasado en Colombia, muchas iniciativas de conservación han sido impulsadas por actores sociales en diferentes regiones del país, quienes desde el manejo de su territorio han promovido la conservación, y el uso y manejo sostenible de la biodiversidad.

Colombia hace parte, desde el año 1994, del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), un tratado internacional que busca promover medidas que conduzcan a un futuro sostenible. El Plan Estratégico para la Biodiversidad 2011-2020, adoptado por el CBD, introdujo el concepto de otras medidas efectivas de conservación basadas en áreas (OMEC), al darse cuenta qué las metas de conservación nacionales no podrían ser alcanzadas únicamente con las áreas protegidas.

Con el apoyo técnico de la Comisión de Áreas Protegidas (CMAP) de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se generó una definición y unos criterios para la identificación, el reconocimiento y reporte de las OMEC, los cuales fueron adoptados internacionalmente en la COP 14 del CDB en 2018 (Decisión 14/8 de 2018).

En este contexto, se desarrolla el proyecto “Adaptación de los criterios OMEC al contexto colombiano” desde el 2019, liderado por Resnatur, el Instituto Humboldt, la Fundación Natura y el Proyecto Áreas Protegidas Locales (GIZ – ICLEI – UICN)), y financiado por el Programa de Pequeñas Donaciones del GEF -PNUD. Se aplicaron los criterios a 27 áreas en diferentes regiones de Colombia y para algunos de estos casos, se establecieron alianzas con otros proyectos de cooperación, como IAPA-Visión Amazónica, GEF Magdalena-Cauca y GEF Bosque Seco.

El proceso ha permitido la identificación de áreas como OMEC potenciales, diversas en su propósito de establecimiento y sus formas de gobernanza, convirtiéndose en una oportunidad para visibilizar y fortalecer estas iniciativas, así como resaltar los aportes a las metas de conservación nacionales e internacionales.

Uno de los principales logros del proyecto es el desarrollo de una ruta metodológica para el reporte de las OMEC ante el Centro Mundial para el Monitoreo de la Biodiversidad (WCMC por su siglas en inglés). La ruta fue construida con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (Minambiente), punto focal técnico del CDB, y quedó plasmada en un sistema de gestión interno de Minambiente, adoptado a finales del año 2020.

Así, Colombia es uno de los primeros países en contar con una ruta de reporte de las OMEC, la cual incluye un proceso de facilitación tripartita entre el Minambiente, el Instituto Humboldt y la Fundación Natura, que se apoya también en instituciones, expertos, redes y actores diversos de la sociedad civil para el proceso de verificación de pares, que respaldan un análisis nacional para el posterior reporte al Centro Mundial para el Monitoreo de la Biodiversidad

La ruta de reporte de OMEC en Colombia es un gran paso porque se van a reconocer otras iniciativas de conservación en el territorio que no son áreas protegidas, por lo que el trabajo de la conservación va a ser mucho más incluyente, con actores diferentes, reconociendo su esfuerzo y su aporte a la conservación en Colombia.

Comenta Marcela Santamaría, coordinadora del proyecto.

Contando el cuento: ocho historias de conservación desde lo local

1. En la Amazonía colombiana, los entes municipales de Belén de los Andaquíes y San José del Fragua en Caquetá, preocupados por la deforestación y la minería ilegal, establecieron nueve (9) parques municipales para garantizar los servicios ecosistémicos estratégicos que aportan al desarrollo municipal y al mantenimiento de los sitios de importancia histórica cultural.

Entre estos se encuentra el Parque Municipal Natural Andakí, que conserva 27.949 hectáreas de Selva Húmeda Tropical. Desde 2009, la gobernanza del área es compartida entre la municipalidad y la Fundación Tierra Viva, a través del Acuerdo Municipal No. 24.

Esta iniciativa pone en evidencia el aporte de las áreas municipales y su apropiación local con el trabajo conjunto entre Estado y comunidad. Este parque municipal natural constituye un espacio importante dentro del ordenamiento territorial del municipio y junto con las áreas de interés regional mejoran la conectividad complementando la representatividad de los ecosistemas estratégicos de conservación en el territorio.

2.Hacia el sur de la Amazonía, la comunidad de la vereda de Playa Rica en Puerto Asís, Putumayo, constituyó un área de conservación de cerca de 400 ha, por motivación de la Asociación de Pescadores Artesanales y Productores Agropecuarios de la Vereda de Playa Rica (ASOPAV). También se han auto-reconocido como TICCA (Territorios y áreas conservados por pueblos indígenas y comunidades locales) y hacen parte de la Red TICCA Colombia.

Esta área de conservación tiene como objetivo la sostenibilidad del recurso pesquero, a través de la recuperación de la ribera del río Putumayo, el buen manejo y uso de los recursos asociados, y la construcción de un plan de vida para fortalecer la comunidad de Playa Rica. La lideresa Tereza Mutumbajoy comparte que fue lo que los motivó a conformar el área de conservación:

Al encontrarnos en un lugar en la ribera del río nos vemos en la necesidad tan grande de proteger esta área, porque sabemos que, si nosotros no la protegemos, vamos a desaparecer como comunidad. Entonces el hecho de brindarle la protección a las playas que son las que le dan vida a nuestro río Putumayo, pues él es el sustento,… es la parte que nos da la fuente de inspiración.

3.Subiendo por el piedemonte amazónico hasta los 3.000 metros de altitud se llega a la laguna más grande del país, La Cocha, ubicada en el departamento de Nariño. Desde hace décadas, sus moradores se han organizado de diferentes maneras para conservar el bosque altoandino y producir sosteniblemente. La asociación Yarcocha (Asoyarcocha) es un ejemplo de estas iniciativas configuradas desde lo local por comunidades campesinas e indígenas (los quillasingas) y que responden a necesidades de su entorno. Con la agrupación de 50 reservas naturales de la sociedad civil, la asociación trabaja en la construcción de tejido social entorno al cuidado y manejo de los recursos naturales.

Concepción Matabanchoy, conocida como Conchita y cofundadora de Resnatur advierte que Asoyarcocha ha tenido:

un proceso de 40 años, entonces ya hemos alcanzado muchos objetivos y metas pero seguimos construyendo; una de las cosas en las que se han fortalecido también los líderes de nuestro proceso porque nosotros construimos sobre la diferencia. Eso es lo importante. Porque los demás también piensan diferente… para poder construir porque sino todos pensando igualito pues no podemos hacer esa construcción colectiva. Pero si cada uno, desde su diferencia empieza aportar pues es importantísimo para construir este sueño, este mundo donde quepamos todos, y empezar a dejar huellas, de esa trascendencia que nos permite que este proceso pueda sostenerse en el tiempo.

4.Hacia el oriente del mismo departamento, el municipio de Ricaurte alberga el Resguardo Indígena Awá Magüí, con cerca de 7.000 ha adjudicadas por el Estado como propiedad colectiva. En 2015, y desde una decisión de la asamblea del resguardo, la comunidad conformó la Reserva Natural Awá Magüí que abarca 1.568 ha con bosques altoandinos y protege el agua y la vida. Esta iniciativa, incorporada en su plan de vida desde 2017 y que garantiza su permanencia en el largo plazo, se enfoca en conservar la naturaleza y asegurar de esa forma el buen vivir del pueblo Awá, con el fin de enfrentar amenazas como la expansión de la frontera agrícola y el conflicto armado.

Silvio Hernández, profesor por cerca 17 años y que acompaña las tareas del actual gobernador del resguardo menciona:

La preocupación nuestra era que había un cambio enorme en el territorio…Cuando uno empieza a ver la diferencia de la actual situación con hace 15 – 20 años atrás, toda la cuestión del territorio cambia; empezando a ver también la presencia de los cultivos ilícitos en los territorios que eso de alguna manera ha generado tala de bosques indiscriminada en algunos sectores donde hay mucha presencia. La preocupación como dirigentes es evitar, prevenir esas tala indiscriminada de los bosques…. La iniciativa de la implementación de esta reserva es prevenir y posiblemente en el futuro contrarrestar.

5.Subiendo por el Pacífico, a media hora de Buenaventura, en el Valle del Cauca, se encuentra el Consejo Comunitario de la Comunidad Afrodescendiente de Calle Larga quien destinó 1.359 hectáreas de su territorio colectivo con cerca de 1.600 ha asignadas por el gobierno. Su enfoque es proteger los recursos madereros y las fuentes hídricas, mediante la recuperación de prácticas culturales, la vinculación de jóvenes para garantizar el relevo generacional, y el ecoturismo como respuesta a la falta de alternativas económicas.

Una de sus líderes, Silvia Mina Aragón, explica los motivos de conformación de la reserva: 

Lo primero que nos motivó fue declarar la zona de reserva porque cuando ya estuvieran nuestro nietos no iban a tener un árbol, no los iban a conocer, no podrían labrar…había mucha tala de bosque; este fue uno de los motivos para declarar la zona de reserva; también para cuidar fuentes de aguas, el agua es la vida.

6.Hacia el interior del Valle del Cauca, en la cordillera Central, se ubica la Reserva La Cecilia en el municipio de Ginebra, con 34 predios que fueron comprados hace más de 30 años por la Asociación de Usuarios de Aguas del Río Guabas – Asoguabas, con el fin de cuidar el bosque de la zona alta de la cuenca del río Guabas y las fuentes hídricas que surten agua para el riego y consumo de las poblaciones de los municipios de Ginebra y Guacarí.

Esta iniciativa fue impulsada por el señor Jaime Uribe Urdinola, quien detectó la extracción de madera desbordada en la cabecera del río Guabas para la producción de carbón, conllevando a la disminución importante de su caudal, y acabando con especies endémicas de la zona como el árbol de comino real. Después de 30 años de cuidado del bosque, es posible tener un suministro estable de agua y conservar especies sombrillas como el puma concolor, detectado en cámaras trampa de proyectos realizados por la asociación con otros aliados.

7.En el Pacífico norte, el Grupo Interinstitucional y Comunitario de Pesca Artesanal de la Costa Chocoana, gestiona desde hace 20 años la Zona Exclusiva de Pesca Artesanal (ZEPA), que se extiende desde le límite con Panamá hasta el límite con el Parque Nacional Natural Utría (Bahía Solano). Esta área marina protege 120 km de costa y 2,5 metros mar adentro (cerca de 800 Km2) en Bahía Solano y Juradó, y es manejada conjuntamente entre las autoridades y las comunidades locales.

Las acciones se enfocan en el manejo del recurso pesquero, para enfrentar el conflicto entre los pescadores industriales y los artesanales, y así buscar la sostenibilidad del recurso pesquero y la autonomía alimentaria de las comunidades.

Anazita, lideresa y miembro de junta de la ZEPA menciona que:

Tenemos una pesca sostenible pensando en las generaciones venideras y que actualmente los pescadores artesanales estén organizados o no, al hablar de pesca responsable, hablan de la ZEPA.

8.Moviéndose a la región caribe, en el municipio de san Isidro en Bolívar, está la Asociación de Mujeres Unidas de San Isidro (Amusi) que, desde 2014, protege el área de conservación-producción Salto Topacio. Con 30 ha de bosque seco y sus fuentes hídricas, inmersas en una matriz amigable de cultivos agroforestales (76 ha), la asociación maneja seis predios privados que conforman el área. Mediante el cultivo del ñame, la asociación busca reivindicar los derechos de la mujer al trabajo y así tomar sus propias decisiones, en un contexto de violencia y desplazamiento acentuados a inicios de este siglo.

Como lo resalta Luz Mery Valdez, lideresa de Amusi:

El bosque seco tropical nos da la vida. De allí nos alimentamos, de allí tomamos agua, de allí los animales; todo sale de ahí.

Nosotras somos capaces de muchas cosas y entonces ahora también nosotras queremos ser el centro del desarrollo. La lucha más que todo es por el reconocimiento que debe tener la mujer en el territorio… Amusi nace como una organización de mujeres que tomamos la decisión de que queremos hacer algo más.

Reflexión final

Con la aplicación de los criterios OMEC se evidencia que estas iniciativas son diversas en su propósito de establecimiento y sus arreglos de gobernanza. La metodología implementada para correr los criterios se configura como un ejercicio participativo aplicado en contextos diversos, que permite destacar las diferentes formas organizativas para el manejo del territorio y su conservación, así como identificar necesidades de fortalecimiento y trazar algunas rutas o acciones prioritarias. 

Los aportes de este ejercicio han generado insumos valiosos para definir una ruta que promueva el reconocimiento y la visibilización de estas estrategias efectivas de conservación. La ruta nacional instaurada se convierte así en una oportunidad para visibilizar y fortalecer estas iniciativas, y resaltar los aportes de estas áreas a los objetivos de conservación del país y las metas de conservación global que ya se vislumbran para el año 2030.

Esperamos que estas iniciativas sean apropiadas por los diferentes actores de la conservación a nivel nacional, regional y local, y que vean en estas las bondades del compromiso, esfuerzo y trabajo de tantas personas, muchas veces voluntario, para la protección y el cuidado del territorio.

Autoras:

Marcela Santamaría (Resnatur), Clara Matallana (Instituto Humboldt), Alejandra Cely (Resnatur y PPD), Juliana Echeverri (Proyecto Áreas Protegidas Locales) y Sandra Galán (Fundación Natura)

Aliados:

  1. Proyecto “Integración de las Áreas Protegidas del Bioma Amazónico (IAPA)”, implementado por la UICN, WWF y PNUMA, bajo la coordinación de la FAO.
  2. Proyecto “Manejo sostenible y conservación de la biodiversidad en la Cuenca del Río Magdalena” implementado por el BID y ejecutado por la Fundación Natura, en alianza con el Fondo Adaptación, Minambiente, Cormagdalena y el Ideam. Donante: Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).
  3. Proyecto “Uso Sostenible y Conservación de la Biodiversidad en Ecosistemas Secos” que fue implementado por el Programa de Naciones Unidas (PNUD). Donante: Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF).